sábado, 7 de septiembre de 2013

Crónica de una inauguración: “En Petit Format”

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Dice un antiguo proverbio chino del siglo XXI, que “Si algo existe,  no te molestes, cópialo”,  me lo acabo de inventar, pero sin permiso de mi profesor y sin embargo amigo Marcelo, le voy a fusilar su entrada en el blog  “El visor”. De cualquier manera yo no sería capaz de hacerlo mejor (en estos casos un poco de peloteo nunca va mal).

Texto de Marcelo Laugelli
Fotos de Ricardo Portero y Francesca Poza
Por créditos que no quede. Todos de la familia GAP


Una inauguración siempre tiene muchas formas de ser vivida. Máxime si se trata de una exposición colectiva. Mientras algunos luchan para terminar de sacar las basuras de la sala, otros se arreglan (no demasiado, al fin y al cabo son artistas), otros recorren el barrio para conseguir el hielo que enfríe el cava, otros se pierden y llegan tarde, otros se dan cuenta de que las luces de la sala no son suficientes y hacen de electricistas en el medio de la cosa, otros saludan, se presentan, presentan a amigos y parientes a los otros artistas, otros se reencuentran después de tanto tiempo…

La inauguración de ayer de GAP “En petit format” tuvo todas esas cosas y seguramente más, que la cantidad de gente que llenó la sala y la calle de la Galería Olivart podrá contar si es su deseo en este blog.

De mi parte, sólo puedo hablar muy bien de mis compañeros, y de las comisarias que hicieron de la Sala Olivart un lugar mucho mejor que el que yo había visto anteriormente.

Todas las tensiones, estrés, broncas, entredichos, cansancio, fallos de organización o comunicación, todo lo que suele pasar en un grupo, se desvanece mágicamente el día de la inauguración. Las sonrisas afloran, los besos y los abrazos, la satisfacción por la cosa ya hecha, los agradecimientos, los reconocimientos, pero sobre todo los reencuentros, con nuestros fieles amigos y seguidores, y con nosotros mismos.

En la Sala Olivart, y en toda la calle Grunyí (éramos muchos, y ocupamos toda la calle) se vivió esto. O al menos yo, que de vez en cuando me alejaba del tumulto y miraba desde afuera, como si no tuviera que ver con la cosa y miraba a los actores del evento, lo viví así.
Marcelo Laugelli